¿Qué nos hace realmente engordar?
La sabiduría popular actual nos dice que engordar se debe básicamente a dos cosas: comer muchas calorías y hacer poco ejercicio. El problema con la sabiduría popular es que muchas veces es errónea y este es uno de esos casos ya que el proceso de engordar es mucho más complejo que eso.
Estoy segura de que más de alguna vez habrás conocido a alguien sedentario, que comía mucho y era delgado y a otra persona activa que comía lo adecuado y era gorda o al menos tenía unos kilos de más. Si la teoría de las calorías fuera correcta entonces esto sería imposible, pero todos hemos conocido gente así. Si quieres saber más sobre el tema de porque el sistema de las calorías es ridículo, puedes leer la entrada El mito de las calorías.
Son las hormonas, no las calorías
Vamos a ver a continuación tres casos de personas que bajaron de peso sin necesidad de hacer ejercicio ni de disminuir conscientemente las calorías que consumían para entender que es lo que nos hace ganar o perder peso.
El primero caso es el de un niño con deficiencia de leptina (1).
La leptina es una hormona liberada por el intestino delgado y el tejido adiposo después de comer. Desde esos tejidos, esta hormona viaja hasta el cerebro a través del torrente sanguíneo, donde es capaz de acoplarse a unos receptores que hay en el cerebro. Cuando se acopla el cerebro recibe la señal de que tenemos suficiente energía para seguir con nuestras tareas diarias y que ya no hace falta tener hambre.
Algunas personas nacen con un defecto genético que hace que no produzcan suficiente leptina o que no tengan suficientes receptores en el cerebro. Sin leptina o suficientes receptores esa persona sufrirá de hambre constantemente y no habrá comida alguna que podrá quitarle esa sensación de hambre.
El caso del niño que vemos en la foto es de un niño con deficiencia de leptina. En la izquierda se puede ver como a los 3 años pesaba 40 kg, lo cual son 25 kg más de lo que debería pesar según su edad. A la derecha vemos el mismo niño con 6 años después de un tratamiento con leptina pesando 29 kg, solo 9 kilos más de lo normal.
Antes de pasar al siguiente caso me gustaría comentar que algunas personas obesas tienen resistencia a la leptina, algo similar a la resistencia a la insulina de la diabetes. En estos casos la persona tiene leptina de sobra porque tienen tanta grasa que producen mucha leptina, pero los receptores en el cerebro no funcionan bien, haciendo que no puedan apagar literalmente su hambre.
El segundo caso es el de una mujer con un tumor en el páncreas (2).
Como ya sabemos de las entradas sobre la diabetes, después de comer el páncreas libera insulina para que el azúcar que ingerimos entre en las células. La insulina también gatilla otro proceso, el de guardar grasa que veremos en profundidad en próximas entradas.
La mujer de la fotografía tenía un tumor en el páncreas que hacía que produjera muchísima insulina. Esto hacía que constantemente sufriera síntomas de hipoglicemia (poca azúcar en sangre) y tenía que comer constantemente para estabilizar los niveles de azúcar en sangre. En la imagen de la izquierda pesaba 107 kg seis días después de que le removieran el tumor que tenía y en la foto de la derecha pesa 89 kg después de casi dos meses de la cirugía. Perdió casi 20 kilos sin proponérselo en dos meses, porque simplemente ya no tenía que comer seguido para mantenerse estable.
Lo que me pareció más curioso de este caso es que lo que más redujo de su ingesta fueron los carbohidratos en un 75%, seguido de las proteínas y las grasas en un 50%. Una explicación probable sería que las bajadas de azúcar producidas por el exceso de insulina producen antojos de cosas dulces y al no tener esas bajadas después de la cirugía ya no comía tantas cosas dulces. Lamentablemente esto es solo una teoría porque, aunque en el artículo nombran esta reducción, no hay una manera de cuantificarlo de manera fiable y precisa, solo se basan en lo que la mujer recordaba comer antes y después de la cirugía.
El tercer caso es el de una mujer con síndrome de Cushing (3).
Este síndrome se caracteriza por una exposición prolongada al cortisol. Esta exposición puede ser exógena, es decir que viene desde fuera normalmente por algún medicamento o endógena lo cual quiere decir que el problema viene desde dentro. Cuando el problema viene desde dentro es el propio cuerpo el que por alguna razón está produciendo más cortisol del que debería, normalmente se trata de algún tumor que afecta a las glándulas suprarrenales que son las encargadas de generar cortisol.
El cortisol es una hormona que se libera cuando sufrimos estrés, sirve para correr más rápido y estar alerta y para esto necesita de energía rápida. La manera más rápida de obtener energía es a través del azúcar, así que se eleva el azúcar en sangre lo cual libera insulina. La cual ya hemos visto que es una hormona que pone en marcha la maquinaria de guardar grasa. Después de una subida de azúcar en sangre viene una bajada, lo cual genera más hambre. Así la persona entra en el ciclo de subidas y bajas de azúcar bruscas que alimentan el ciclo vicioso de antojos y de tener hambre dentro de unas pocas horas después de haber comido.
La mujer de la foto padecía síndrome de Cushing y después de que le quitarán un tumor en las glándulas suprarrenales bajó de peso sin hacer dietas ni ejercicio.
Esta condición también se da en bebés el caso más temprano que pude encontrar es el de un bebé de 12 semanas, él bebe lamentablemente murió (4).
Aspectos psicológicos
Si alguna vez habéis visto mi vida con 300 kilos o kilos mortales, un programa de televisión donde muestran gente obesa mórbida intentando bajar de peso para que les puedan realizar un bypass gástrico sabréis que muchas veces el problema no es ni calorías ni hormonas ni nada de eso sino un problema mental.
La comida nos hace sentir bien porque en un acto que nos mantiene vivos y el cerebro libera moléculas que nos hacen sentir bien. Cuando algunas personas pasan por momento estresantes o traumáticos en su vida, acuden a la comida para sentirse mejor y eso hace que a veces el cerebro forme una relación tóxica entre la comida y el placer momentáneo.
Al final se forma un ciclo vicioso donde comer más te hace sentir mal y para sentirte mejor sigues comiendo. Luego a eso hay que sumarle problemas médicos o la resistencia a la leptina de la que te hablaba antes, así que es difícil salir de este circulo vicioso.
Conclusiones
Como veis las calorías no pintan nada aquí, todo dentro de nosotros son reacciones bioquímicas, la única razón por la cual las calorías parecen funcionar es porque en realidad las calorías van en función de los gramos que comemos y si comemos menos gramos, hay una menor respuesta por parte del sistema digestivo, que se traduce en menos secreción de hormonas.
En las siguientes entradas, entraré más en detalle sobre las hormonas que influyen en subir o bajar de peso. Las dividiré en tres: hormonas sexuales, hormonas que dependen de lo que comemos y otras como el cortisol o las de la tiroides.
Espero que os haya gustado la entrada y que haya sido interesante. ¡Hasta otra!
Referencias
- I. Sadaf Farooqi and Stephen O’Rahilly. Genetics of Obesity in Humans. Endocrine Reviews 27(7):710–718. http://dx.doi.org/10.1210/er.2006-0040
- Mark Anthony Santiago Sandoval, Tom Edward Ngo Lo, A’Ericson Berberabe, Mark Anthony De Lusong, Juan Maria Ibarra Co. Pattern of Weight Loss after Successful Enucleation of an Insulin-producing Pancreatic Neuroendocrine Tumor. Vol. 30 No. 2 November 2015. http://dx.doi.org/10.15605/jafes.030.02.05
- Andrew S. Fischer , Christopher B. Rizk , and Sylvia Hsu. Cushing’s syndrome in females. Androgens in Gynecological Practice, ed. Leo Plouff e and Botros Rizk. Published by Cambridge University Press. © Cambridge University Press 2015. https://doi.org/10.1017/CBO9781139649520.014
- Leon W. Powell Jr., M.D. Samuel Newman, M.D. and John W. Hooker, M.D., Danville, Va. Report of a Case in an Infant Twelve Weeks Old. AMA Am J Dis Child. 1955;90(4):417-420. http://dx.doi.org/10.1001/archpedi.1955.04030010419006